ALCOY
Tus versos salieron
de aquellas fuentes olvidadas,
de las calles empedradas
que me saben a ti.
Ya las hiedras cubren toda la glorieta
y se alzan con júbilo
las palomas inquietas.
Los puentes elevados sobre abismos
de frondosas arboledas,
y las calles amuralladas,
cobrizas, son un cuento de tristeza.
Tu guitarra adolescente
se perdía en los años sesenta,
vibraba con la voz de un ángel.
¡Qué grande es el nido que te cobijara!
su cielo es una fiesta.
Mis ojos persiguen el rastro de tu mirada.
Hoy te conozco más suavemente,
entre la soledad de tus piedras,
aquellas que abandonaron tus pasos,
para llevar tu voz por el mundo,
¡ay amado!
¡cómo te alejaste del terruño!
que no recibió tu aliento último.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Camilo Sesto
CAMILO BLANES CORTÉS
De mi poemario
"El vuelo de las golondrinas"