CANDILEJAS APAGADAS
Nunca te dejaré
aunque yo haya llegado
tan tarde a tu alma,
cual un verso desmayado
de Setiembre.
Luces en el escenario
alumbraban tus lágrimas,
el público te ovacionaba.
Hoy esa flauta que llora
te reclama,
hay silencio entre candilejas
que yacen apagadas.
Pero yo te adoro,
tú eres de mi ser la calma.
Eres la lumbrera
que me acompaña.
Yo llegué tarde, lo sé.
Pero aún así, tú me esperabas.
Yo fui el secreto poema
para tu entraña;
que revivirá por siempre
aquel Setiembre de nostalgias.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Camilo Sesto
Camilo Blanes Cortés