PEDACITO DE CIELO
¡Qué dulce beso intenso!
secó mi llanto,
me adormeció la tristeza,
humedeció mi alma
con el ungüento balsámico
de tus caricias.
¡Beso supremo!
comunión de dos que se aman;
tú y yo
pedacito de cielo,
hasta el fin de la era;
sin secretos
que nos hieran...
Así, en la desnudez
de nuestro encuentro.
Un beso hondo
puede dar vida
cuando ya la muerte
se aferra...
Un beso de luz
puede descoyuntar
a la atrevida oscuridad.
Hoy nuestro beso
en llamas
ardió de ternura y deseo.
Hoy
te hice mi dueño.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Camilo Sesto
Camilo Blanes Cortés
De mi poemario
"Tu alma y la mía"