HOMBRE AMADO Y MÍO
Quiero estar a tu lado
entre estas líneas de dolor.
En esta mañana austera
en que te nombro
me arrancaron a pedazos
la esperanza de tu piel,
me dejaron sin el rastro
de tu aroma.
Hombre amado y mío
sólo me quedan visiones
de tu ser íntimo;
de tu impecable traje blanco
y tu humilde ramo de lírios.
Tus palabras me consuelan, Camilo,
en la noche de lágrimas.
Mi arrullo es el preludio de tu paz
en el lecho.
Y tú eres mi refugio en el sueño.
Pero tu ausencia en mis días
aún me lacera el pecho.
En mi orfandad eterna
sólo me queda tu abrazo de padre bueno
y la niñez de mi sonrisa
en mis años viejos.
Por eso lo eres todo para mí,
por eso.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Camilo Sesto
CAMILO BLANES CORTÉS