Cual un gorrión sediento

 

CUAL UN GORRIÓN SEDIENTO

Amado del alma

llévame entre tus brazos

cuando la música

rompa este silencio amargo.

Dame a beber

del pentagrama de tu corazón.

Las semifusas y las corcheas

están danzando un nuevo son.

Elévame más allá

de la copa de lágrimas

que nunca dejaré de amarte

mientras la música nos hable.

Llévame, no temas,

que la música

ha dejado en mí tu huella.

Tus pasos selectos me acompañan.

Moriré de amor en tu pecho,

cual un gorrión sediento.

Y estamos juntos, melodías van y vienen

en un ritmo lento.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amado

Camilo Sesto

CAMILO BLANES CORTÉS

Hombre amado y mío

 

HOMBRE AMADO Y MÍO

Quiero estar a tu lado

entre estas líneas de dolor.

En esta mañana austera

en que te nombro

me arrancaron a pedazos

la esperanza de tu piel,

me dejaron sin el rastro

de tu aroma.

Hombre amado y mío

sólo me quedan visiones

de tu ser íntimo;

de tu impecable traje blanco

y tu humilde ramo de lírios.

Tus palabras me consuelan, Camilo,

en la noche de lágrimas.

Mi arrullo es el preludio de tu paz

en el lecho.

Y tú eres mi refugio en el sueño.

Pero tu ausencia en mis días

aún me lacera el pecho.

En mi orfandad eterna

sólo me queda tu abrazo de padre bueno

y la niñez de mi sonrisa

en mis años viejos.

Por eso lo eres todo para mí,

por eso.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amado

Camilo Sesto

CAMILO BLANES CORTÉS