MI PRÍNCIPE
Vagando en los caminos de otras eras
me encontré con tu noble esencia.
Llenabas el prado con tu aura inmensa
y me regalabas tu cautivo silencio,
aquel que quedó atrapado entre hiedras.
La niebla baja desde el cielo
hasta besar las amapolas
heridas por el clima gélido.
Son rojas y se mecen como las olas
de un mar sangriento
donde yo te recuerdo
ahora que mi alma pasea sola.
Mi príncipe, tu voz entonada
cual la de un tenor
regresa en el viento
y yo voy vagando en esta madrugada
salpicada con el rocío de tu amor.
Tú no has muerto,
tú vives en parajes soleados de enero,
entre flores risueñas que cantan;
entre aves celestes que aman.
Nadie conoce ese valle sereno,
sólo mi alma
que visitó tus pasos una alborada.
Privilegio que me ha dado calma.
Tu voz y tu música en lo eterno.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
Camilo Sesto
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